Redacción.- La incertidumbre y el temor crecen entre la comunidad inmigrante de Washington debido a las redadas registradas contra trabajadores de restaurantes y repartidores de comida. «Tenemos miedo de salir a trabajar», dice a EFE un joven venezolano residente en la capital estadounidense.
«Ahora miramos a todos lados al salir a trabajar», asegura Yuniel, quien desde hace dos meses entrega comida a domicilio a través de la aplicación UberEats y prefiere no compartir su apellido por temor a represalias.
Junto a otros compañeros, un hombre de 27 años contó que se arriesgó a salir a trabajar la noche del martes porque “las cuentas no esperan”, aunque estuvo todo el tiempo asustado, mirando por encima del hombro.
“Eso nos afecta tanto en nuestra tranquilidad como en la posibilidad de hacer dinero de manera honrada”, expresó Yuniel, quien llegó a Estados Unidos hace tres años y actualmente está en proceso de asilo, el cual podría estar en riesgo por el endurecimiento de la política migratoria impulsada por el presidente Donald Trump.
El mandatario republicano, que asumió en enero, prometió una campaña histórica de deportaciones. A finales de abril, su «zar de la frontera», Tom Homan, advirtió que las redadas en lugares de trabajo se han triplicado este año y que podrían triplicarse de nuevo.
Reportes en redes sociales, luego confirmados por organizaciones pro-inmigrantes, alertaron sobre operaciones masivas del Servicio de Control de Inmigración (ICE) en Washington D.C. esta semana. La alcaldesa Muriel Bowser dijo estar al tanto: “Me preocupan”, comentó a la prensa. Agregó que ICE ha estado presente en restaurantes y barrios, sin enfocarse necesariamente en delincuentes, lo cual calificó como perturbador.
Una coalición de grupos pro-inmigrantes ha emitido alertas a trabajadores y negocios, recordándoles su derecho a guardar silencio y portar documentos que demuestren su estatus migratorio o su tiempo de estancia en el país.
Por la ciudad se han colocado carteles en español con el mensaje: «Alerta. Conozca sus derechos«, y varias organizaciones mantienen líneas de atención 24 horas para recibir denuncias de redadas.
“Cuando las fuerzas de inmigración llegan a nuestros vecindarios, restaurantes y carreteras, su propósito es sembrar el terror”, afirmó George Escobar, jefe de programas de la organización pro-inmigrante CASA.
Según testigos, en uno de los restaurantes inspeccionados, dos agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) llegaron sin aviso y solicitaron los formularios I-9, que todo empleador debe tener para verificar el estatus legal de sus empleados. El lugar indicó que la plantilla laboral es gestionada por una empresa externa y que enviaría los documentos “la próxima semana”.
“¿Por qué están centrando estos operativos en restaurantes de Washington? ¿Para qué quieren esta información?”, se quejó un trabajador del lugar.
Hasta el momento, activistas reportan varias operaciones similares en la capital, pero sin arrestos confirmados. La agencia EFE solicitó información a ICE, sin recibir respuesta.
En los primeros meses del gobierno de Trump, se han realizado redadas en centros de trabajo, escuelas y templos religiosos, lugares donde antes estas acciones eran restringidas. En abril, la Casa Blanca confirmó la detención de 800 indocumentados en Florida y de más de 100 personas en un bar de Colorado.
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