Redacción.- Cuando la montaña es demasiado alta para subirla en un solo día, los escaladores tienen una solución extrema y es dormir colgados.
Usan portaledges, unas plataformas portátiles que se cuelgan a la roca como si fueran carpas voladoras en el aire. Después de horas trepando, los aventureros buscan un rincón con buenas condiciones, instalan sus portaledges, aseguran todo con cuerdas y arneses, y pasan la noche literalmente al borde del abismo.
Duermen en sacos de dormir, cocinan en pequeñas estufas portátiles, y sí, también llevan un sistema de baño en contenedores especiales. Todo controlado, pero con una dosis de adrenalina garantizada.
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