Santo Domingo, RD- Este lunes 16 de junio, la República Dominicana conmemora el natalicio de una de sus figuras más emblemáticas y valientes: María Trinidad Sánchez. Reconocida con honor como una de las Madres de la Patria, su nombre resuena con la fuerza de la lucha por la Independencia y el sacrificio por la libertad.
María Trinidad Sánchez nació en el seno de una familia patriótica, no fue una espectadora de los acontecimientos que forjaron la nación dominicana, sino una activa y decidida protagonista. Su compromiso con la causa independentista la llevó a desempeñar un papel crucial en la preparación y ejecución del glorioso 27 de febrero de 1844. Se le atribuye la confección de la primera bandera dominicana que ondeó libremente, un símbolo de la soberanía recién conquistada.
Su valentía y entrega, sin embargo, no terminaron con la independencia. María Trinidad Sánchez continuó su labor en defensa de la naciente República, oponiéndose firmemente a los intentos de anexión extranjera que amenazaron la recién lograda soberanía. Este férreo compromiso la llevó a un trágico final: fue víctima de la represión y la persecución política, siendo fusilada el 27 de febrero de 1845, paradójicamente, un año después del día que vio nacer la República.
Cada 16 de junio, su natalicio se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre su legado imperecedero. María Trinidad Sánchez encarna el espíritu indomable de la mujer dominicana, su capacidad de lucha y su profundo amor por la patria. Su vida es un testamento de que la libertad no se obtiene sin sacrificio y que la defensa de la nación es una tarea de todos y todas.
Las diversas instituciones educativas y gubernamentales, así como la sociedad en general, se unen hoy para rendirle homenaje con actos cívicos, conferencias y recordatorios de su heroica gesta, asegurando que su nombre y su legado sigan inspirando a las futuras generaciones de dominicanos y dominicanas. Su memoria perdura como un faro de patriotismo y un recordatorio constante del valor de la libertad.
Participación en la gesta independentista
María Trinidad Sánchez formó parte del Movimiento La Trinitaria, a pesar de ser mujer y de tratarse de un tema en ese entonces considerado para hombres. Alojó en su casa a los descendientes del general Pedro Santana, que se escondían del gobierno haitiano.
Trinidad Sánchez organizó y orientó la conspiración del 1844, confeccionando con Concepción Bona, Isabel Sosa y María de Jesús Pina la primera bandera dominicana, la cual fue elaborada con todo el orgullo de sus compatriotas en la puerta del Conde el 27 de febrero del 1844.
Mientras los hombres independentistas estaban al frente de la guerra, la noche histórica del 27 de febrero de 1844, ella y otras mujeres fabricaban cartuchos que fueron utilizados por los trinitarios para atacar al gobierno haitiano. Transportó pólvora, bajo su falda, para cargar municiones durante la batalla separatista que buscaba la separación del pueblo haitiano, ayudando así a que los soldados estuviesen preparados para atacar y defenderse.
Fue una de las primeras personas apresadas, al descubrirse la insurrección que intentaba por todos los medios legales que los defensores de la Independencia, que habían salido exiliados del país por Pedro Santana, pudieran volver. Única conocedora del escondite de su sobrino, Francisco del Rosario Sánchez, a quien le llevaba las comunicaciones que le enviaban los demás trinitarios. Jamás lo reveló.
Fue juzgada por un Consejo de Guerra, junto a otros compañeros, que les condenó al fusilamiento. El dictamen del Tribunal dice textualmente que fueron condenados como autores instrumentales de la conspiración considerados hasta el momento, y por haberse negado obstinadamente la primera (María Trinidad Sánchez) a confesar (es decir, a delatar) los principales.
En los interrogatorios se le ofreció la gracia de la vida si denunciaba a sus compañeros, María Trinidad prefirió callar y enfrentarse al pelotón de fusilamiento antes de traicionarlos.
El 27 de febrero de 1845, al cumplirse el primer aniversario de la fundación de la República, se ejecutó la sentencia. María Trinidad Sánchez caminó desde la Fortaleza Ozama hasta el cementerio, donde fue fusilada, y al pasar por la Puerta del Conde exclamó: «Dios mío, cúmplase en mí tu voluntad y sálvese la República”.
En su honor se han nombrado escuelas, instituciones, sectores y una de las 31 provincias de la República Dominicana lleva su nombre.